Efecto Fotoeléctrico
De acuerdo
con el modelo del átomo de Bohr, es necesario proveer a los electrones de
energía en forma de radiación electromagnética para que puedan llegar a órbitas
de mayor energía. Sin embargo, si un electrón absorbe una onda de alta
frecuencia (y por tanto también alta energía), a veces esta energía es
suficiente para que el electrón abandone el átomo por completo. Este fenómeno,
en el que los electrones son liberados de la capa electrónica, se denomina efecto fotoeléctrico. A los electrones
liberados de esta forma se les llama fotoelectrones.
Imaginemos
un experimento en el que se arroja luz sobre los electrones contenidos en un
átomo, con lo que algunos de estos electrones son liberados de la capa
electrónica y convertidos en fotoelectrones. La física clásica declara que la
energía de los fotoelectrones debe ser dependiente de la intensidad de la luz,
ya que se asume que cuan mayor sea la intensidad de la radiación (Cuan más
brillante sea la luz), mayor será la energía de la onda electromagnética que será
absorbida por los electrones. Sin embargo, esta dependencia no ha sido
observada. Fue demostrado de forma experimental que la energía de los
electrones emitidos depende únicamente de la frecuencia de la radiación.
Además, la existencia de la denominada frecuencia límite ha sido observada. Si
se provee un átomo con luz que tiene una frecuencia menor que la frecuencia
límite, no se liberan electrones, sin importar la intensidad de la radiación.
La física clásica no es capaz de explicar este fenómeno.
El experimento
de Young presenta una evidencia de que la luz es una onda. Aun así, a fin de
explicar el efecto fotoeléctrico, necesitamos entender la luz como un conjunto
de partículas. Los electrones no absorben las ondas electromagnéticas como se
dice en la mecánica clásica. Absorben las partículas de luz, llamadas fotones.
Los fotones son idénticos a los cuantos de energía que Planck propuso para
resolver el problema de la radiación de cuerpo negro. Einstein, sin embargo,
fue el primero en darse cuenta de la naturaleza de partícula de esos cuantos, y
fue el que aclaró el efecto fotoeléctrico.
Si
percibimos la luz como un chorro de partículas, el efecto fotoeléctrico puede
ser explicado fácilmente. El incremento de la intensidad en la radiación
aumenta el número de fotones (cuantos) en una onda electromagnética, pero los
fotones siguen trasportando la misma cantidad de energía individualmente. Es
decir, si uno usa luz más intensa, la energía de los fotoelectrones se mantiene
inalterada, ya que los electrones pueden absorber un solo fotón, de acuerdo a
la tercera ley de Bohr. Sin embargo, al aumentar la intensidad de la luz, el
número de electrones emitidos (fotoelectrones) se incrementa al haber ahora más
fotones en las ondas electromagnéticas para ser absorbidos.
Si buscamos
aumentar la energía de los fotoelectrones, deberíamos aumentar la energía de
los fotones individualmente. Podríamos conseguirlo aumentando la frecuencia de
la radiación, lo cual es obvio con la ecuación de Planck E = hf (E es la
energía del fotón). La mecánica cuántica también es capaz de explicar la frecuencia
límite. Fotones individuales de radiación de baja frecuencia simplemente no
tienen suficiente energía para liberar a un electrón. Por tanto, el efecto
fotoeléctrico no puede ocurrir.
Albert
Einstein también dedujo la ecuación para calcular el momentum de un fotón (λ es la longitud de onda de la onda
electromagnética donde está localizado el fotón):
P = h/λ
Cuando un
electrón absorbe un fotón, obtiene toda su energía. Una parte de esta energía
es usada para liberar al electrón del átomo (el electrón debe cumplir el
trabajo “W”), el resto de la energía es convertida en energía cinética del
electrón. La energía de un fotoelectrón puede calcularse utilizando la
siguiente ecuación:
E = W+1/2 mv^2
Esta imagen muestra la energía de un fotoelectrón en relación con la frecuencia de la luz que absorbe. El punto morado muestra le frecuencia umbral. |
Mientras
que el experimento de Young demuestra de forma convincente la naturaleza de
onda de la luz, el efecto fotoeléctrico ve la luz como un chorro de partículas.
Por tanto, la radiación electromagnética tiene una naturaleza dual. Es tanto
una onda como una partícula.
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